domingo, 2 de abril de 2017

EL ESTADO MEXICANO FRENTE A LA GLOBALIZACIÓN


El Estado nacional es una entidad que en teoría debería encargarse de regular las relaciones sociales, de mantener un equilibrio entre las fuerzas productivas y garantizar un mínimo de seguridad para los individuos que conforman una sociedad.  Sin embargo, frente al proceso globalizador, los Estados nacionales se han ido modificando o adecuado al proceso de manera diferente; algunos han permitido que la interdependencia se dé de manera rápida y con escasa o muy poca resistencia, otros sin embargo han tenido la posibilidad de regular la forma en la que se integran o no al proceso. Por ello cabe preguntarnos ¿De qué manera, la aplicación de las políticas neoliberales como la privatización, la desregulación y la liberalización en México, han acelerado la inserción desmedida y desproporcionada al proceso de la globalización?

Desde la década de los 80 el Papel del Estado mexicano ha ido cambiando y se ha inclinado por la aplicación de las políticas neoliberales. Con ello, la integración del país al proceso de la globalización se ha acelerado de manera desmedida y desproporcionada. Se han quitado regulaciones al por mayor permitiendo que las poderosas transnacionales tengan mayor injerencia en la vida nacional. Se han privatizado casi todas las empresas productivas que estaban en manos del estado, incluso en casos contraproducentes como el de la privatización de los bancos en 1990. Se ha liberalizado el mercado sin prever que no teníamos la capacidad de producir lo suficiente como para competir con otras economías como la estadounidense, motivo por el cual pasamos de ser un país productor de maíz, a ser importadores.

Por ello en este trabajo analizaremos como el Estado mexicano ha permitido que el fenómeno de la globalización fluya sin resistencia alguna de parte de quienes se encargan de tomar las decisiones.

ACERCAMIENTO AL CONCEPTO DE GLOBALIZACIÓN  

¿Qué entendemos por globalización?

Gerardo del Cerro Santamaría nos propone la siguiente definición: “La globalización es la formación de redes en tiempo y espació a una escala transnacional” (Gerardo del Cerro, 2004).  Sus efectos se pueden observar cuando se da un proceso de transformación local y regional por medio de una expansión transnacional y en virtud de conexiones internacionales.  Nos dice además que la globalización no es un proceso propiamente contemporáneo, sino que se hace presente en el sistema de comercio transnacional de los siglos XIII y XIV.

Junto a la globalización económica también se da en el ramo de la política, la tecnología, la información, comunicación e incluso como nos dice Manuel Castells: “en una dimensión más siniestra, la globalización del crimen organizado tiende a penetrar las instituciones de gobiernos en numerosos países, con efectos perversos considerables sobre la soberanía y la legitimidad políticas” (Castells, 2000: 2)

TRANSICIÓN AL ESTADO NEOLIBERAL EN MEXICO

El Estado liberal en México se constituyó a lo largo del siglo XIX con la separación política de España en 1821 a los que muchos suelen llamar “independencia” y después del triunfo liberal y la constitución de 1857. Dicho Estado Liberal tuvo por función la separación del Estado – Iglesia, asegurar la igualdad ante la ley de los individuos, pero, sobre todo, como lo dice Víctor Flores Olea: “asegurar los derechos de propiedad como esenciales al funcionamiento, desarrollo y prosperidad de la humanidad contemporánea (Flores, 1999; Pág. 118).

En el contexto mundial de la revolución socialista de 1917 en Rusia, sumado a la Primera Guerra mundial, la propia Revolución Mexicana, el Crack de 1929 y a los hechos que precedían a la Segunda Guerra Mundial el capitalismo liberal tuvo que aceptar la intervención del Estado para evitar su colapso, por lo que se dio paso al estado Benefactor de corte Keynesiano. En este periodo se dio una gran inversión social, protección de los niveles de vida, el estímulo a los empleos por parte del sector público, y a la construcción de una amplia infraestructura material (educativa, cultural, de salud, de habitación), como instrumentos necesarios para mitigar las contradicciones sociales. (Flores, 1999; 123)

El estado interventor en México surge después de la Revolución Mexicana y la constitución de 1917 donde quedaron plasmados las leyes que daban atribuciones importantes al papel del Estado como las que menciona Andrea revueltas:

Atribución de enormes poderes al Ejecutivo (artículo 89); convalidación de su papel rector en el proceso productivo (artículos 25,26 y 28); regulación de la propiedad y distribución de la tierra, dominio directo de recursos naturales tales como el petróleo (artículo 27); y, con el propósito de "proteger" al trabajador, intervención como "arbitro" de las relaciones entre patrón y obrero, y establecimiento de políticas sociales y de bienestar (artículo 123) (Revueltas, 1993).

No obstante, la consolidación del Estado Interventor se dio a partir de los años 30, cuando surgen las primeras empresas a cargo del Estado (Ferrocarriles 1937 y PEMEX 1938) para esas fechas, ya se había establecido el primer Plan Sexenal que sustentaba el papel intervencionista y regulador del Estado mexicano en la sociedad y la economía.

En el plan sexenal, las fuerzas productivas (patrón - trabajador) aceptaron la tutela y regulación del Estado, uno por que iba a ser beneficiado con el proyecto de industrialización y el segundo porque sería protegido en sus derechos laborales por el mismo Estado que se autoproclamaba “protector del trabajador”. Así como fue creciendo el alcance del estado, también lo hizo la burocracia, que no estaba exenta de corrupción y de conflictos de interés.           

El proyecto de industrialización bajo la vigilancia del Estado generó enormes riquezas que se fueron concentrando en unas cuantas manos y a pesar de que se cubrían ciertos aspectos sociales, después de los 60, la concentración de la riqueza se fue haciendo más notoria en una minoría. Mientras que la producción de petróleo crecía, la producción de otros productos resultaba de baja calidad para poder mantener las exportaciones y los bajos ingresos de la gente no permitían que se creara un mercado interno amplio, por lo que este modelo comenzó a dar síntomas de agotamiento.  (Revueltas, 1993)

LA APLICACIÓN DEL MODELO NEOLIBERAL EN MÉXICO Y SU RELACIÓN CON EL PROCESO GLOBALIZADOR

El llamado neoliberalismo propuesto desde mediados del siglo XX por teóricos como Milton Friedman, quien se oponía a las ideas de Keynes, se hizo popular en los años 70. El presidente de México Miguel De la Madrid aplicó el llamado PIRE (Programa Inmediato de Reorganización Económica) al inicio de su sexenio en 1982. Con este programa se iniciaba el viraje hacia el modelo neoliberal aplicando las estrategias elaboradas por los organismos financieros globales como Fondo Monetario Internacional (FMI) y de una economía cerrada se pasó precipitada y abruptamente a una de las cinco economías más abiertas del mundo, sin dar tiempo a que la producción nacional se adaptara y sin estableces protección a la industria nacional. (Revueltas, 1993)

EL CONSENSO DE WASHINGTON

En noviembre de 1989, el Instituto Internacional de Economía llevó a cabo una conferencia en la que destacados economistas y representantes de organismos internacionales llegaron a un consenso a cerca de diez instrumentos que los países latinoamericanos debían tener para salir del bache económico, a ello se le denominó “Consenso de Washington” (CW), el fundamento teórico de las propuestas eran las teorías económicas neoclásicas y el neoliberalismo. (Martínez, 2012: 43). Los “diez mandamientos” como se conoce a la primera oleada de reformas propuestas desde el CW son las siguientes:

1) Disciplina fiscal. 2) Reordenación de las prioridades del gasto público. 3) Reforma Fiscal. 4) Liberalización financiera 5) Tipo de Cambio competitivo 6) Liberalización del comercio. 7) Liberalización de la inversión extranjera directa 8) Privatizaciones 9) Desregulación. 10) Derechos de propiedad

Para efectos de este trabajo, tomaremos el punto número 6, el 8 y el 9, ya que son los que consideramos que han marcado de manera más notoria el papel del Estado mexicano frente a la globalización. El hecho de aplicar estas recomendaciones ha acelerado la integración de México a un mundo globalizado. Sin embargo, esta integración se ha dado de manera desigual y ha tenido consecuencias negativas.

La idea de que el sector privado gestiona los recursos de manera más eficiente que el sector público, ha  si do la causa de que se intente reducir al Estado a su mínima expresión para dejar en manos del sector privado la mayor parte de su gestión. El Estado según la ideología neoliberal debería ser un regulador de los excesos del mercado (programas de alivio a la pobreza y protección al medio ambiente), mantener la estabilidad y ser un garante de la paz social (gobernanza), para aprovechar las ventajas de la globalización. Las economías de los países deben internacionalizarse a toda costa. Hay que abrir las fronteras al capital atraer al máximo la inversión extranjera para instalarse en los países de la región. En una palabra, hay que “transnacionalizarse”. La idea era capitalizar a los países empobrecidos. (Martínez, 2012; Pág49)

Según Víctor Flores Olea, el Estado actual muestra con transparencia su naturaleza de “consejo de administración de los negocios aun cuando cumpla con otras funciones de regulación Gubernamental” (Flores, 1999; Pág. 127)

El Estado, rebasado por el capital, deja de atender los aspectos sociales e intenta que el mercado se encargue de todo, aun sabiendo que la lógica capitalista se basa en la acumulación, de esta manera el fenómeno de la globalización se acelera incluso como rebasando al estado como lo dice Manuel Castells: “La globalización, en su encarnación actual de capitalismo informacional desregulado y competitivo, supera a los estados”. (Castells, 2000: 3)

APLICACIÓN DE LAS POLÍTICAS NEOLIBERALES EN MÉXICO Y SU RELACION CON LA GLOBALIZACIÓN

Para algunos autores, la globalización tiene varias fuentes, Alfredo Guerra menciona que:  

La liberalización, la desregulación y la privatización son los tres motores de la globalización […] son todos los actos deliberados  para operar la profunda reestructuración social y tecnológica que requiere el establecimiento de una nueva forma de capitalismo […] con un nuevo significado de la política y un papel completamente distinto del Estado” (Guerra, 2002:42)

En teoría, los diez puntos de la primera ronda de reformas eran meras “recomendaciones” por parte del grupo de expertos del CW. Sus promotores aseguraban que nunca se obligó a un país a implementar este tipo de medidas en sus economías, sin embargo, existe una serie de “condiciones que los organismos internacionales exigen para acceder a los préstamos y rescates financieros” (Martínez, 2012).

Liberalización

El programa de liberalización comercial de 1985 a 1987 fue uno de los de mayor alcance respecto a los de otros países en desarrollo. La promoción del argumento de los beneficios del libre comercio internacional se incrementó durante el gobierno de Carlos Salinas (1988-1994) y se concretó en uno de los tratados comerciales más ambiciosos del mundo, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

Los resultados de dicho tratado no fueron los que el Presidente Carlos Salinas había prometido, primero porque “la política social quedó excluida de los objetivos prioritarios del recetario económico” (Martínez, 2012) y segundo porque “la tasa de crecimiento de las importaciones rebasó a la de las exportaciones con efectos adversos en la balanza de pagos y por ende en el crecimiento económico del país” (Pacheco, 2005).

La estrategia de liberación comercial para lograr un crecimiento económico acelerado y sostenido en México falló en gran medida a causa de un Estado débil que cedió sus funciones al mercado no regulado y a las trasnacionales. El gobierno mexicano ha sido incapaz y no ha tenido la voluntad de emprender una política industrial efectiva combinada con políticas de liberación comercial al mercado no regulado y a las trasnacionales. En contraste, otros países han liberado su política comercial la han combinado con una extensiva regulación e intervención gubernamental para promover el cambio estructural; además se mantuvieron severas restricciones a las importaciones, estrictos controles a los flujos de capital y se constituyó al tipo de cambio en promotor de su política comercial.

Desregulación   

El Estado mexicano, casi como ningún otro del continente emprendió una serie de desreglamentaciones legales que impedían la entrada directa de capitales extranjeros. La pretensión era atraer la Inversión Extranjera Directa (IED), reduciendo el margen de actuación del Mismo aparato Estatal y fortaleciendo el poder de las transnacionales. De esta manera, el proceso globalizador penetraba con mayor rapidez al territorio nacional.

A mediados de los ochenta se emprendieron cambios a la Ley de Inversión Extranjera (LIE), reduciendo el rango de actividades económicas reservadas al Estado y a los mexicanos; en 1989, 1993, 1994 y 1999 se efectuaron cambios sustantivos a esa Ley. En 1989 las reglas de contenido local fueron relajadas para la industria automotriz. En 1993 se aprobó una nueva LIE que redujo aún más el número de actividades en las cuales la participación extranjera era prohibida o restringida. En 1994, con el TLCAN, se otorgó trato preferencial a la IED de Canadá y Estados Unidos. En enero de 1999 se liberó la mayoría de los servicios financieros y el gobierno permitió 100% de participación extranjera en el sector bancario, así como en el sistema ferroviario y el gas. Al respecto de la desreglamentación en el sistema bancario Penélope Pacheco menciona que:

La participación de la IED en el sistema bancario mexicano pasó de 1% del total en 1994 a 19% en 1999, a 24% en 2000, a 90% en 2001 y a 95% en 2002. Ningún otro país de América Latina ha permitido que su sistema bancario sea controlado por extranjeros. Las implicaciones para el sector productivo son altamente riesgosas, debido a que el financiamiento no se orienta a cubrir las necesidades de desarrollo económico nacional sino hacia donde existan los mayores márgenes de ganancia (pacheco, 2005)

De esta manera el Estado mexicano abría paso al proceso de globalización sin oponer algún tipo de resistencia, modificando la ley para que las transnacionales tuvieran las comodidades necesarias, aparte de las preexistentes como la mano de obra barata y la poca regulación ecológica.

Privatizaciones.

Las privatizaciones propiciadas por el Estado mexicano aceleraron el proceso de globalización, sin embargo, una gran parte de las paraestatales “rematadas” fueron adquiridas por inversionistas norteamericanos. Para darnos una idea de la rapidez con la que se dio el fenómeno basta echar un vistazo a los números ya que, en 1982, el número de empresas administradas por el estado eran alrededor de 1,155 incluidos los bancos; en 1988 quedaban 414, en 1993, el padrón contabilizaba solo 210 empresas más 48 en proceso de desincorporación. (Tamayo, 2004)

Actualmente, consultando el Diario Oficial de la Federación 2015, aparecen 191 entidades, de las cuales casi todas corresponden a los organismos descentralizados como las secretarías, la Procuraduría, General de la Republica, Seguro Social IMSS, ISSSTE, entre otras. Sin embargo, como empresas productivas del Estado únicamente existe Petróleos Mexicanos y Comisión federal de Electricidad que, con la reforma energética del actual gobierno, se puede decir que pronto dejaran de serlo.

El proceso de privatización en México ha tenido varias etapas, la primea corresponde con el gobierno de Miguel de la Madrid cuando se abandonó el modelo progresista y se estableció el modelo neoliberal.  De 1984 a 1988 se privatizó una gran parte de empresas de diferente índole y ramo de actividad. La segunda, de 1988 a 1999 se privatizaron sectores importantes como el de la siderurgia (Industria de la transformación del metal), la banca y los teléfonos. La tercera de 1995 al 2000, se profundiza aún más y se realizan cambios en la constitución para vender los ferrocarriles y la comunicación vía satélite.

Sin duda que para efectos de este trabajo nos resulta imposible mencionar cada una de las privatizaciones, sin embargo, basta con echar un vistazo a la rapidez con la que este proceso se ha dado.  En menos de 30 años se ha privatizado técnicamente todas las empresas productivas paraestatales.

En particular, cabe destacar los resultados obtenidos con la privatización de los bancos. En 1990 se subastaron uno a uno y el gobierno recibió un aproximado de 10 000 millones de dólares. Los resultados no fueron los que se esperaban y el gobierno terminó gastando tres veces más de lo que recibió, claro el dinero utilizado para el rescate era público.

Se obtuvieron casi 38 mil millones de nuevos pesos (casi 10 mil millones de dólares). Ya sea por el excesivo apalancamiento en la compra, o por la falta de experiencia de los nuevos banqueros y su expectativa de utilidades rápidas, los distintos bancos fracasaron. De una u otra forma casi todos ellos acabaron endeudándose desproporcionadamente con el Fobaproa y luego el IPAB. El hecho es que el gobierno gastó, en apoyo a los bancos, dos o tres veces más de lo que recibió por la venta. (Sacristán, 2006)

Hoy en día casi todos los bancos son mayoritariamente extranjeros. Siguiendo a Sacristán, “la banca se extranjerizó, lo que algunos aplaudieron como logro de la globalización” (Sacristán, 2006)

Otra de las privatizaciones más debatidas es la de los teléfonos que en 1990 se vendió a grupo Carso de Carlos Slim y que permitió un periodo muy extenso de operación monopólica. El Banco Mundial elogiaba esta privatización como una de las más exitosas. Con la siguiente declaración hecha en 1994: “Telmex es considerado como una de las grandes historias de éxito de la privatización” (El financiero, 2014).

Sin duda que la privatización de la telefonía fue un éxito económico para quien la adquirió. Sin embargo, esto no se tradujo en beneficios como se estaban planteando, ya que el costo de la telefonía era de las más elevadas en el mundo.

CONCLUSIONES.   

El Estado mexicano ha dado pie a que el fenómeno de la globalización haya penetrado en casi todos los rincones del país; esto mediante la aplicación de las tres fuentes principales del proceso: La privatización, la Liberalización y la desregulación.

A pesar de que consideramos a la globalización como un fenómeno que se da dentro del capitalismo y que es casi imposible escapar de él, si pensamos que los países deben tener ciertas reglamentaciones que los permitan competir con otros cuyas economías son más estables o tienen mayor potencial.

Las definiciones hablan de interdependencia, pero en la práctica, existen países como México que se convierten en dependientes, y peor aun, hay algunos que son excluidos y  lejos de obtener algún beneficio de la globalización. La aplicación de las reformas mencionadas va de la mano con las recomendaciones de los organismos financieros globales como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional que, a su vez, obedecen a los intereses de Washington. Esto pone en duda la soberanía del Estado mexicano, ya que las decisiones obedecen a intereses externos.

El papel del Estado ha cambiado y cada vez está abandonando esencialmente sus responsabilidades sociales, tratando de que el mercado arregle la problemática del país. Cosa que no va a pasar mientras el modelo económico de acumulación siga existiendo. Al mercado no le interesa acabar con el Hambre, le interesa vender alimentos. Al mercado no le interesa acabar con el analfabetismo, le interesa cobrar por impartir educación, una educación que se adecue a sus propias necesidades. Al mercado no le interesa acabar con los problemas de salud, lo que le interesa es obtener ganancias con la enfermedad de la gente. Al mercado no le interesa la situación laboral de los trabajadores, lo que le interesa es obtener el mayor beneficio al menor costo.

Por ello estamos convencidos de que el Estado nacional sigue siendo necesario, y que necesita empoderarse desde la base que es la sociedad civil, para que con ello tengamos un mayor margen de negociación en un mundo globalizado donde existen grandes desigualdades económicas, sociales o culturales entre los países. Y que no entremos en competencias absurdas donde en lugar de intercambio de mercancías con otros países, terminemos siendo únicamente consumidores de las mercancías de otros países. O que en lugar de establecer nuestras propias industrias, nos hayamos convertido en maquiladores de industrias extranjeras.

BIBLIOGRAFÏA

Baeriswyl, Sergio, (2008), “La globalización y su impacto en la ciudad contemporánea” en la Revista AUS (http://mingaonline.uach.cl/scielo.php?pid=S0718-72622008000200009&script=sci_arttext).

Castells, Manuel, (2000), “Globalización, Estado y Sociedad Civil: El nuevo contexto histórico de los derechos humanos”, Universidad de California. ISEGORIA/22.

Del Cerro Santamaría, Gerardo, (2004), “Ciudades y globalización: un enfoque teórico”.

Diario Oficial de la Federación 2015 extraído de la página web:

http://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5404049&fecha=14/08/2015

El financiero: http://www.elfinanciero.com.mx/economia/telmex-una-privatizacion-exitosa-que-termino-cuestionada.html

Flores Olea, Víctor,  (1999), Crítica De La Globalidad, Fondo de Cultura Económica, México, ISBN 968-16-5994-5

Friedman, Thomas, (2006), La tierra es plana: breve historia del mundo globalizado del siglo XXI, México D.F. Ed. Planeta.

Guerra Borges, Alfredo, (2002), Globalización e integración Latinoamericana, México, Siglo XXI editores.

Martínez Rangel, Rubí, (2012), “El consenso de Washington: La instauración de las políticas neoliberales en América Latina, México, UAM Xochimilco.

Melossi, Darío, (1992), El Estado del Contrato Social: Un estudio sociológico, de los conceptos de Estado y control social en la conformación de la democracia, México, Siglo XXI.

Revueltas, Andrea, (1993) “Las reformas del Estado en México: del Estado benefactor al Estado neoliberal” México, UAM Xochimilco.

Sacristán Roy, Emilio, (2006), “Las Privatizaciones en México”, México, UNAM.











   

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